Movimiento agrario

Como región y núcleo agrícola más grande de España, Andalucía fue lugar de muchos enfrentamientos sobre la propiedad de las tierras en los años anteriores a la Guerra Civil, cuando la élite terrateniente se opuso a una reforma agraria que se suponía debía dar a los trabajadores agrícolas mejores condiciones y seguridad laboral. Aquí, el resentimiento por las tierras que no son cultivadas en tiempos de profunda recesión y récord en el desempleo va más allá de los políticos locales y los propietarios a los burócratas de la UE. Los subsidios agrarios son criticados por favorecer los intereses de los propietarios y terratenientes, que no aumentan los cultivos cuando cerca de un tercio de la mano de obra andaluza está en paro. 'Estamos aquí para denunciar una clase social que deja desperdiciar estos parajes', dijo Diego Cañamero, líder del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) en Somonte, una granja de propiedad gubernamental que ha sido ocupada por unos 20 trabajadores agrícolas desde marzo de 2012. Diego Cañamero ha liderado una marcha que empezó el 16 de agosto y que junto a unos 500 manifestantes más, ha caminado unas 25 KM diarias a través del reseco campo.

(Este texto fue extraído del artículo de Raphael Minder “Spain´s crisis reignites an old social conflict” publicado en el New York Times el 23 de agosto de 2012).