Espacios protegidos

Actualmente asistimos a una creciente reivindicación del espacio público. Tanto los colectivos y movimientos sociales (15M, mareas, etc.) como las ciencias sociales, el urbanismo y la arquitectura nos muestran la importancia que debería adquirir dicho espacio en nuestras ciudades en aras de una mejor convivencia y una más fuerte democracia. Pero no nos dejemos engañar: el espacio publico no existe. La concepción de calles y plazas como espacios de reafirmación de la ciudadanía, el civismo o el consenso no deja de ser, en muchas ocasiones, un mero acompañamiento a operaciones políticas e inmobiliarias. Un espacio altamente ordenado, privatizado, lleno de regulaciones y prohibiciones donde se olvida la quimera de la posibilidad de interacción sin consideraciones previas, sin atender al origen de los sujetos, de una democracia donde cada uno participa en igualdad de condiciones, dejando a un lado sus contextos sociales. Es por ello que no se trata ya de espacio público, sino de espacio urbano, espacio que, durante los últimos tiempos, destaca como escenario y reflejo de las relaciones sociales y el conflicto social.

Espacios Protegidos se adentra en la realidad actual del espacio urbano de la ciudad de Madrid. El recorrido documental a través de diferentes convocatorias promovidas por colectivos de mujeres en lucha contra la reforma de la ley del aborto propuesta por el Gobierno del Partido Popular muestra el paralelismo existente entre la exigencia de libertad sobre el propio cuerpo, de su autodeterminación en definitiva, y aquellos movimientos sociales urbanos que exigen la autogestión y libre uso y disfrute de las ciudades en un claro ejemplo del espacio urbano como proscenio de relaciones sociales conflictivas.